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Descubriendo el coeficiente intelectual de la intimidad

Empezar con alguien nuevo es siempre un viaje del que sabemos cómo partimos pero no cómo regresamos. Ligues, amigovios o parejas estables, en cualquier tipo de intercambio sexoafectivo aceptamos echarle un pulso al amor en el que el paso del tiempo, los cambios y las diferencias entre unos y otros son factores que acaban haciendo mella. Aún así, elegimos jugar.

Nadie dijo que fuera fácil enamorarse, pero cuando pasa, ¿cuál es el éxito de las relaciones fuertes y estables? Todo menos ser estrategas emocionales. Hoy olvídate de los tipos de inteligencia lógico-matemática, creativa, espacial o musical de los que has oído hablar tantas veces en términos de productividad y descubre cómo la inteligencia de la intimidad puede ayudarte a construir vínculos relacionales más sólidos. La clave: hacerlo en equipo y nunca de forma individual.

¿Qué es el coeficiente intelectual de la intimidad y para qué sirve?

Quejarte de tu mala suerte o del capullín de turno que se te ha cruzado por el camino es un derecho que no te vamos a quitar, peeeeero más allá de las muchísimas variables que determinan cómo se desarrolla tu vida sentimental hay una que depende en GRAN MEDIDA de ti, y se llama inteligencia de la intimidad.

Dicho en otras palabras, el coeficiente intelectual de la intimidad consiste en la capacidad que tiene una persona de desarrollar cercanía física, emocional y mental con su entorno (sea con una pareja, amigos, familiares, compañeros de curro…). Si entramos más en detalle, la cosa quedaría tal que así:

  • - Cercanía física: básicamente consiste en mantener y alimentar el contacto físico de las primeras veces. Aprender a sostener una presencia estable va desde saber escuchar con atención hasta regalar una caricia no pedida o sentirnos cómodos cuando hacemos el delicioso. La clave está en saber entregarse sin complejos ni preocupaciones y crear el ambiente para que la otra persona también pueda hacerlo.

  • - Cercanía emocional: ¿Somos conscientes de nuestras necesidades emocionales y de las de nuestro compañero/a? Desarrollar un acompañamiento emocional va más allá de los estímulos inmediatos y pasa por avanzarnos a las vulnerabilidades del otro y solicitar que abracen las nuestras cuando sea necesario.

  • - Cercanía mental: algo similar a la “carga mental” de la que has oído hablar en otras ocasiones, pero sin la connotación negativa de “carga”. Cuando hablamos de cercanía mental hablamos de nuestro nivel de disponibilidad y de implicación en la relación, es decir, pensar en conjunto y tener en cuenta a la otra persona desde nuestra individualidad (¡sin sacrificarla por el camino!).

Cómo potenciar y mejorar la inteligencia de la intimidad

Aunque suene complejo convertirse en el ser de luz que promete este coeficiente, la buena noticia es que la inteligencia emocional es una cualidad innata que tenemos todos y que podemos y debemos potenciar. ¡Así que no hay excusas, Manolo!

Autoexplórate

Como en casi todos los procesos que implican la participación de dos, el trabajo empieza por la mejoría de uno mismo. Primero trabajar la escucha física, emocional y mental de ti hacia ti para ser capaz de crear conexiones significativas y estables con el otro. Podrás demandar y ofrecer en la medida en que sepas qué pedirte a ti misma. Parece lógico, ¿no? Confía en tu termostato emocional y dale el valor que merece para entender el de los demás.

Pide, pide y vuelve a pedir

A los demás, por supuesto, pero también exígete un poquito más de lo que normalmente das. Toma riesgos y juégatela concediéndote caprichos emocionales que has mantenido retenidos durante un largo período de tiempo. Debes de estar dispuesta a perder y a ganar a partes iguales en este proceso. ¡Es lo que tiene arriesgar! Pero no tengas miedo, prometemos que el fracaso será insignificante al lado de lo mucho que vas a obtener.

Compartir es de guapas

Cuando te sientas ready contigo, ofrece amor a borbotones. Comparte cariño y experiencias físicas sin dejar atrás el cuidado intangible que supone dedicar tiempo de calidad. Dicen que las personas con las que más confianza tenemos son aquellas con las que podemos sentirnos a gusto sin mediar palabra. ¡Y es cierto! Recuerda: cercanía mental, emocional y física. El tridente del amor que no puede fallar. Ensáyalo, aplícalo y vuelve a comenzar.

Mantente presente

Como quien pasa la ITV o hace limpieza de armario cada temporada: convierte en hábito permanente el hecho de cuidar y mimar la relación. El éxito en el amor, como en cualquier tipo de relación, consiste en no descolgarse. El romanticismo de los inicios tiene fecha de caducidad, pero las conexiones firmes y sostenibles son para siempre.

¿Dirías que eres una persona con éxito en el amor? Encuentra el golpe de suerte que estabas esperando trabajando desde hoy en tu propia inteligencia de la intimidad. Remángate la camisa y… ¡manos a la obra!

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