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Contacto cero tras una ruptura: ¿siempre funciona?

Cuando la cosa está kaput y las segundas oportunidades ya no parecen una opción viable, llega el momento más bajón del ciclo amoroso: superar la ruptura. Seguro que últimamente habrás oído hablar del contacto cero como la panacea de las estrategias para sobrevivir a un corazón roto, pero te estarás preguntando: ¿acaso hay alguien que tenga el valor de seguir este principio a rajatabla? Y lo más importante… ¿Funciona? Pues sí, querida, romper lazos de la noche a la mañana con un ex ES POSIBLE, pero no es nada sencillo y, sobre todo, no es apto para cualquier final de relación. En el artículo de hoy exploramos en qué consiste el contacto cero, las claves más efectivas para llevarlo a cabo y los tipos de ruptura en los que puede ser (o no) un gran aliado. ¡Quédate a descubrirlo!

¿Qué es el contacto cero?

Tras una ruptura amorosa, el contacto cero (en inglés, no contact) consiste en la decisión de las partes implicadas de cortar todo tipo de comunicación con la expareja. El objetivo detrás de esta técnica es simple: la falta de noticia y de contacto ayuda a sanar emocionalmente y a ganar perspectiva conforme ponemos distancia física y sentimental. De esta forma, se evitan las confusiones y las tentaciones de volver con alguien que, a priori, ya no queremos o no podemos tener en nuestra vida.

Nada de despedidas progresivas ni medias tintas. El contacto cero ofrece una terapia de choque que promete ayudar a superar una ruptura de una forma más rápida y efectiva que la de fustigarse stalkeando las publicaciones del ex (algo que ya hemos comprobado por activa y por pasiva que no sirve para nada más que para hacerse mala sangre).

Algunos puntos básicos del contacto cero son:

  • 1. Cero mensajes de texto y notas de voz. ¡Aunque hayas descubierto el meme perfecto!

  • 2. Nada de encuentros puntuales, que siempre acaban igual, maldita.

  • 3. Unfollow o bloqueo de las redes sociales para evitar que te pongas en modo detective.

  • 4. Rodéate de amigos que te apoyen emocionalmente y tómate un break de los entornos que solo te hablan de él.

  • 5. Envía a la carpeta ‘oculto’ las fotos en las que salís juntos.

  • 6. Enfócate en el proceso y cuida de ti misma.

  • 7. Pide ayuda profesional siempre que lo consideres oportuno.

¿En qué situaciones funciona el contacto cero?

Ojalá pudiéramos aplicar el contacto cero como aplicamos nuestro antiinflamatorio favorito en el primer día de regla. Lamentablemente, todavía no se ha inventado una fórmula universal y definitiva para romper con alguien sin dolor, por eso la efectividad del contacto cero dependerá de las dinámicas de la pareja, de la causa de la ruptura y de las circunstancias individuales.

Si necesitas un poquito de claridad sobre el asunto, analicemos diferentes contextos de ruptura en los podría ser o no ser útil el contacto cero:

CUANDO ES BUENA IDEA

  • - Relaciones tóxicas: si la relación ha estado llena de culpa, lo último que necesitas es vivir una ruptura con más chantajes emocionales. Para huir de un eterno deja-vu conflictivo, nada más recomendable que elevar anclas y desaparecer del radar del ex. La prioridad es proteger la salud mental y adentrarse en una recuperación emocional profunda. Ahora parece imposible, pero aprender de esta lección traerá nuevas y mejores oportunidades.

  • - Acabar de buen rollo: cuando tienes la suerte de vivir una ruptura de mutuo acuerdo, la distancia y el silencio valen oro. Entender esta necesidad de darse espacio es fundamental para poder sanar por separado. Además, no significa el fin del mundo. Es habitual que, una vez superado el proceso, los ex que se llevan bien vuelvan a reencontrarse de nuevas formas con el paso del tiempo. ¡Ojalá siempre fuera tan fácil!

  • - Rupturas unilaterales: cuando a una le pilla el desamor sin cita previa, el dramón está servido. Puedes hundirte y hurgar eternamente en la herida o puedes asumir estoicamente la derrota y poner mar, cielo y tierra de por medio para empezar un proceso mucho más efectivo. Superar el trauma costará semanas, incluso meses, pero el contacto cero promete un pronóstico de recuperación mucho más temprano y realista del que obtendrías esperando eternamente una segunda oportunidad. Si de lo contrario eres tú la que ha decidido poner fin a la relación, esta estrategia te será igualmente útil para poner límites y evitar la tentación de recaer en relaciones no deseadas.

CUANDO NO ES BUENA IDEA

  • - Ruptura dolorosa por ambas partes: no es que no queráis seguir, ¡es que tenéis comprobado que no se puede! Una vez tomada la decisión más inteligente (aunque difícil), toca apechugar con una buena ración de fracaso y desasosiego en la que nada pinta la regla del contacto cero. En estos casos, desaparecer del mapa podría agravar los sentimientos de soledad en ambos lados, provocando mayor bloqueo y arrepentimiento. Cuando vivir en modo ermitaño emocional no aporta nada, lo más sensato es comunicar las emociones e intentar acompañarse en una ruptura empática y respetuosa.

  • - Compañeros de curro o de grupo social: si no te queda otra que seguir viendo al ex hasta en la sopa, de nada servirá que os ignoréis infantilmente en los pasillos de la oficina. En estos casos, más vale hacer bien los deberes y tender puentes de diálogo que os permitan hacer vuestra convivencia más llevadera. La clave es respetar el proceso propio y el ajeno y dejar claros los límites para no haceros daño. No es fácil, pero llevado con delicadeza y respeto, todo es posible.

A nosotros también nos encantaría vivir a velocidad x2 la recuperación de las rupturas amorosas, pero el desamor y el dolor de los finales es un proceso por el que toca transitar. Y es que aunque todos hayamos dicho alguna vez ‘¡Yo no me vuelvo a enamorar!’, al final siempre sale el sol y creemos una y otra vez en el amor.

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