
Verdades del amor que tienes que escuchar
Si lo mejor que puede pasarnos cuando soñamos con un amor de película es que se haga realidad, ¿por qué le tenemos tanto miedo al paso del tiempo, a la rutina y a la imperfección de la vida cotidiana? Amar y ser correspondido es de lo más bonito que puede pasarte, pero tener una relación sentimental también es una experiencia retadora que puede hacer que te preguntes qué estás haciendo mal. Si a pesar del gran amor que sientes te asaltan dudas o pensamientos conflictivos de vez en cuando, pero estos no tienen mayor trascendencia, tranquila, lo más probable es que tu relación no sea defectuosa, sino que simplemente sea real como la vida misma.
Y sí, estar viva y enamorada incluye tener días increíbles, días meh, días malos (alguien tenía que decirlo), y alguna que otra discusión absurda que te saca de quicio. No eches el amor por la borda buscando ideales imposibles y quédate en este artículo para normalizar algunas verdades del amor que a todos todos TODOS nos pasan, y si a ti no, es que aún no lo has vivido. ¡Se viene spoiler!
6 verdades del amor y de las relaciones que debemos normalizar pero ya
1. Siempre habrá algo que no soportes del otro, y eso no lo hace menos perfecto
Asúmelo: tu pareja tiene al menos una manía o defecto que te pone de los nerrrrrrrrvios. Ya sea algo gordo o una nimiedad de nada, la persona que inicialmente te pareció perfecta tiene más de ser terrenal que de dios griego y, créenos, a él le pasa lo mismo contigo. ¡Pero alerta! Eso no significa que el amor que os tenéis esté en crisis ni que ya no os derritáis de deseo el uno por el otro. La clave está en aprender a convivir con esas pequeñas cosas sin que se conviertan en un drama de ópera italiana.
2. Te guste o no, hubo vida antes de ti
No te vamos a engañar: tu pareja ha tenido amores, desamores, crushes inconfesables y probablemente fotos antiguas que será mejor que no veas nunca. Pero eso no debe atormentarte. Lo importante no es lo que pasó antes de ti, sino lo que construís juntos ahora. Nadie llega a una relación como un lienzo en blanco. ¿Recuerdas que tú también llevas una mochila de historias, amores pasados y recuerdos? Pues eso es tuyo, pertenece a tu intimidad y te ayuda a ser la fantástica persona que eres ahora.
3. El romanticismo tiene caducidad, pero el amor evoluciona en algo más sólido y profundo
El mérito de enamorarse no está en dejarlo todo en manos del destino, sino en elegirse diariamente. La semilla del amor, cuando se cuida, acaba germinando y creciendo de la forma más bonita. Pero recuerda: no hay floración si no te ocupas diariamente de mantener unas raíces sanas y sólidas capaces de sobreponerse a cualquier vendaval. Amar requiere de la disposición de seguir descubriendo a la otra persona. Si esperas que todo sea espontáneo y fácil todo el tiempo, te vas a llevar una sorpresa de esas que no ilusionan. La buena noticia es que cuando amas de verdad todo este proceso no da nada de pereza, sino que lo llevas a cabo con todas las ganas y la determinación del mundo.
4. No necesitas a alguien para sentirte completo
A pesar de lo que se haya escrito en mil novelas románticas, nadie llega a este mundo para completarte. Tú ya eres una persona capaz, independiente y segura por ti misma. Si buscas lo contrario, vas a llevarte alguna que otra decepción. Amar es compartir tu vida con alguien, no llenar vacíos emocionales.
5. El amor a veces duele (pero no demasiado)
Donde hay emoción y pasión existe el riesgo de que alguna vez las emociones nos sobrepasen y generen sentimientos negativos y contradictorios. Todas estas emociones, aunque negativas, son perfectamente válidas dentro de una relación que podemos denominar sana. Lo importante es que estos sentimientos se den en un contexto seguro de respeto, escucha y comprensión. Porque el amor también duele, sí, pero no traumatiza ni deja heridas.
6. Se puede crecer de formas distintas y aún así seguir encajando
Que las personas cambiamos de gustos, de ideas e incluso de metas es algo de lo que ya te habrás dado cuenta a estas alturas de la vida. Y sí, a veces esto genera miedo e inseguridad en una relación. Pero el crecimiento individual no significa que el amor tenga fecha de vencimiento. Toca aprender a evolucionar juntos, apoyarse y respetar los cambios del otro sin sentirse amenazado por ellos.
La realidad del amor no es siempre lo que esperamos, pero sí lo que necesitamos. Vivir historias íntimas es una de las mejores cosas que nos pueden pasar, pero entenderlas en su forma más real y humana nos ayuda a vivirlas mejor. Ahora que lo sabes, ve y ama con el corazón en las nubes, pero también con los pies en la tierra.
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