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Todo lo que quieres saber sobre el squirt

¡Chuf, chuf! Se está cosechando tu placer, querida. Sí, aquí llega el squirt. Puede que suene como una conocida marca comercial de cacao en polvo, pero lo único que tienen en común es que, en ambos, hay un conejo como protagonista. Vamos, festival del humor.

Mucho se ha hablado del squirt y muy mal. Aunque todavía la comunidad científica sigue discutiendo lo que es el squirt. ¿Es orina? ¿Agua? ¿Líquido prostático? ¿Cómo se provoca? ¿Todas las personas pueden conseguirlo?

La hipótesis más consolidada hasta el momento es que el squirt se produce debido a una alteración de una hormona conocida como ‘vasopresina’. La vasopresina u hormona antidiurética tiene varias funciones, pero la que nos interesa es su capacidad de retener el agua en los riñones. Está también muy conectada al sistema nervioso central. Esta hormona se puede alterar en varias circunstancias, entre ellas cuando tenemos un placer muy prolongado o muy intenso y de corta duración. ¿Qué ocurre entonces? Sencillamente que no se retiene el agua en los riñones siendo imposible la absorción de los residuos del cuerpo y su eliminación a través de la orina. Por lo tanto, se expulsa únicamente agua.

Cuando se provoca el squirt se hace principalmente mediante la estimulación del punto G e incluso, también se puede conseguir a través del punto A o del glande del clítoris. Dicho placer hace que la vasopresina se altere y el líquido se retenga en la vejiga siendo expulsado inmediatamente por la uretra. Pero hay algo más. No fue hasta 2015 que se empezó a analizar la composición del squirt o eyaculación femenina. Se descubrió que, además de tener pequeños restos de urea, también había algo llamado PSA o líquido prostático, el cual evidenciaba la existencia de la próstata femenina (glándulas de Skene).

Ahora bien, la pregunta clásica de si todas las personas con vagina pueden hacerlo. En principio y basándonos en esta hipótesis, sí, todas las personas podrían hacerlo. De hecho, esto le puede suceder a aquellas personas con pene. ¡Sí, lo que lees!

Técnicas para provocarlo

La verdad, no hay una técnica específica para lograr el squirt. Existen personas que lo hacen mediante la estimulación continuada del punto G, otras que simplemente con un succionador de clítoris lo alcanzan. Incluso cuando se tiene un control total sobre tu placer, hay personas que lo pueden conseguir mediante la meditación tántrica. Con esto quiero decir que no existe un manual para garantizar la experiencia, pero sí hay ciertos movimientos que lo pueden invocar (y lo pasarás genial intentándolo).

Lo primero es beber mucha agua. Cuanta más agua bebas, más cantidad de líquido vas a sacar. ¡Ah! Y la excitación es un ingrediente vital. Dedícale tiempo a las caricias, besos, roces y lengüetazos.

Una vez estés cachondísima empieza la técnica. Lo más fácil es recibirlo, a veces puede resultar incómodo hacérselo a una misma. Envíale una captura de esta parte a tu crush para que aprenda a darte mucho placer. Ya me lo agradecerás.

Túmbate boca arriba y abre las piernas. Elévalas, como cuando follas en la postura del misionero y deja expuesto todo tu coño. El dedo corazón y anular son los protagonistas y aquellos que se adentrarán en tu vagina en busca del punto G. Se introducen, buscan el hueso pélvico y suben un poquito hacia el ombligo, haciendo la técnica del “ven”.

Cuando estés muy mojada escucharás un “chuf, chuf”. Eso significa que se están batiendo los orgasmos ahí dentro, querida.

Quizás tengas la sensación repentina de tener que orinar. Sigue, vas por buen camino. ¿Qué es lo peor que podía pasar? ¿Que te mees? ¡¿Y qué?! Se limpia y listo. Pero quizás estás cerrando las puertas a un squirt.

A medida que aumente tu excitación debe aumentar el ritmo y la constancia. Y cuando el “chuf, chuf” se escuche con mucha más asiduidad, tendrás un clímax un poco extraño y saldrá líquido. No esperes que salga el líquido como en las películas porno, que salen chorros y chorros de eyaculación femenina. Eso se adquiere trabajando mucho la técnica y las paredes vaginales. En tu caso, seguramente ni sepas que ha sucedido.

¿Cómo saber si has tenido un squirt? No será un orgasmo como el de clítoris, es un placer muy intenso y escalonado, más prolongado. La textura del flujo es más líquida que habitualmente, y no lubrica, es áspera y no deja deslizar bien.

El squirt es una parte más del sexo. No conviene obsesionarse, más bien se trata de dejarse llevar y disfrutar de la experiencia. ¡Pásalo bien probándolo!

Seal of Approval de Mamá Casquet.

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