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Que la autoexigencia no arruine tus citas

¿Imaginas vivir siempre una primera cita perfecta? Sería lo ideal, vale, ¿pero realmente lo imaginas posible? Hay personas que así lo piensan y cuando un encuentro no sale bien (PORQUE NO SIEMPRE SALE BIEN), se culpan por haber fallado o por no saber elegir correctamente. Ay, amiga, a veces nos exigimos demasiado en el amor, ¿no crees?

Si a ti también se te olvida que ligar y enamorarse es cuestión de dejarse fluir y no de planearlo todo al dedillo, toca resetear el sistema y hacer un breve repaso sobre algunos aspectos que podrías estar forzando. Menos idealizar y más disfrutar del momento, que luego creas expectativas inalcanzables y, claro, la decepción que te llevas es memorable.

¿Cómo saber si te estás exigiendo demasiado en el amor?

ANTES DE LA CITA

  • - Agobiarse por completar un perfil que te defina a la perfección o venirse abajo porque ninguna foto te hace justicia. Es buena señal que te tomes en serio este proceso, pero no te bloquees buscando el santo grial de los selfies o, más que ir a ligar, parecerá que vas a examinarte ante el tribunal de los editores de Vogue. Puedes modificar tu perfil de citas siempre que quieras, ¿recuerdas? Take it easy y, ante caso de duda, pide a tus amigos que echen un vistazo a la vibe que desprende tu bio.

  • - Sobrecargar una conversación para no aburrir. Amiga, guarda el bombo y el platillo, que no has venido a hacer show. Asumamos que pueden existir los silencios incómodos o incluso que perdamos su atención durante una conversación. La cosa no siempre fluye de primeras, pero te aseguramos que cuando alguien está por ti, SE NOTA. Además, ¿te está gustando la experiencia o estás volcando todos tus esfuerzos en gustarle a él? No te distraigas de tus sensaciones solo por obtener la validación del otro.

  • - Darse una última oportunidad en el amor. ¿Es que no sabes aquello de que el primer amor no siempre llega en orden? Pues eso, acertar a la primera es como pretender darle a la diana con los ojos vendados y sin haber practicado antes: posible, sí, pero difícil a morir. Ponerse ultimátums es limitarse, y aquí lo último que queremos es ponerle más trabas al amor. En entornos online donde todo depende de un swipe instantáneo, puede que sientas vértigo, pero en una app como adopte donde la presión de los algoritmos brilla por su ausencia, déjate de nervios y dis-fru-ta.

DURANTE LA CITA

  • - Presión por dar la talla. Malas noticias para la guionista que dirige tu vida: en conversaciones donde reina el amor, lo planeado no tiene cabida. Dale un día de vacaciones a la gestora del autocontrol y trata de desenvolverte con la mayor naturalidad posible. Igualmente, entiende que la otra persona puede estar nerviosa y que a los 15 minutos de empezar la cita quizás no está tan desenvuelta como te gustaría. Conectar con alguien es como el rascar: todo es empezar.

  • - Comparar todo el tiempo. Ay, las mochilas de las experiencias pasadas… ¡Cómo nos enseñan y, a la vez, cómo nos condicionan! Para bien o para mal, cada cita es distinta y eso, aunque te asuste de entrada, es una gran noticia. Si las cosas toman un ritmo o un tono distinto al que estás acostumbrada, tómatelo como algo positivo. El corazón está harto de vivir a base de topicazos. ¡Dejarse sorprender es mucho más emocionante!

DESPUÉS DE LA CITA

  • - Saca de tu cabeza el: No debería de haber… La he liado cuando… ¡Lo hecho, hecho está! Ser espontánea es algo positivo, significa que has estado a gusto, incluso si ello implica que te hayas desmadrado o que hayas contado algunas cosas de más. Si le has gustado en tu más pura esencia… ¡bingo amoroso para la señorita!

  • - Forzar los tiempos para volver a hablar o para tener una segunda cita. ¿Cuándo y cómo volver a escribirle? Si este dilema es todo lo que te preocupa… ¡bendito mal el tuyo, chica! Cuando una primera cita ha sido un éxito, el único error que puedes cometer es fingir desinterés o postergar un segundo encuentro que estás deseando tener. Prestar atención es la nueva forma de decir “me gustas”. ¿Te atreves a demostrarlo?

A la hora de ligar, es normal querer causar una buena impresión, pero si la autoexigencia va a robarte el disfrute y la diversión, apaga y vámonos. Salga como salga, te mereces pasarlo bien y sentirte orgullosa de tus batallitas. A ligar sin sufrir también se aprende. ¿Lista para relajarte y disfrutar del proceso? Entonces despídete hoy mismo del autoboicot.

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